En la puerta del sol como el año que fue, otra vez el shampagne y las uvas y el alquitrán, de alfombra están. Los petardos que borran sonido de ayer y acaloran el ánimo para aceptar que ya pasó uno más. Y en el reloj de antaño como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás, hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás. Marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y alguno que otro cura despistao. Entre gritos y pitos los españolitos, enormes bajitos hacemos por una vez, algo a la vez. Y en el reloj de antaño como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás, hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás, y aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están le hecharemos de menos. Y a ver si espavilamos los que estamos vivos, y en el año que viene nos reimos. Uno, dos, tres y cuatro y empieza otra vez, que la quinta es la una y la sexta es la dos y así el siete es tres. Y decimos adiós y pedimos a Dios, que en el año que viene haber si en vez de un millón pueden ser dos. En la puerta del sol como el año que fue, otra vez el shampagne y las uvas y el alquitrán de alfombra están.
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